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A 2 días: «Si quieres que algo te salga bien, llama a Zagallo»

Mario Jorge Lobo Zagallo ostenta un récord que puede ser imbatible, ya que es el único que ha ganado la Copa del Mundo dos veces como jugador y otras dos sentado en el banquillo de los entrenadores.

Esta leyenda del fútbol nacida en la ciudad brasileña de Maceió hace 86 años ya tiene un lugar en el olimpo deportivo de su país, donde desde 2002 y hasta la llegada en 2016 del actual seleccionador de la Canarinha, Adenor Leonardo Bacchi, Tite, una frase trascendió como si fuera un mandamiento: «Si quieres que algo te salga bien, llama a Zagallo».

Los cinco títulos mundiales que ha ganado Brasil tienen bordado el nombre de Mario Zagallo, quien como jugador fue un extremo izquierdo rápido, inteligente y con capacidad goleadora, y como entrenador supo llegar hasta el alma de cada uno de sus dirigidos para que en la cancha expresaran el famoso «jogo bonito».

De cortos, Zagallo jugó los mundiales de Suecia’58 y Chile’62, los dos primeros que ganó Brasil, y su campaña fue impresionante: 12 partidos jugados, con saldo de 10 victorias y 2 empates. Con él en la cancha, la Canarinha nunca perdió.

En tierra escandinava fue titular en los seis duelos y anotó el cuarto gol de Brasil en el triunfo por 5-2 de la final ante Suecia.

En Chile convirtió el primer tanto de la Canarinha en el torneo para el triunfo por 2-0 frente a México y, asimismo, jugó con el once inicial los seis compromisos.

Decidió colgar las botas a los 34 años, en 1965, por lo que en el siguiente Mundial donde apareció fue en el de México’70, ya como entrenador y para dirigir a la selección brasileña que está considerada como una de las mejores de la historia del fútbol.

Días antes de viajar a México, Zagallo tuvo la idea de conformar la titular de Brasil con los cinco mejores jugadores «número 10» del país, y se reunió con ellos en la habitación asignada a Pelé en el hotel de Río de Janeiro donde estaban concentrados.

Allí se gestó el acuerdo con el que Brasil conformó la delantera más maravillosa en la historia de los mundiales y obtuvo su tercera Copa del Mundo: Roberto Rivelino jugaría como extremo izquierdo, Jairzinho como extremo derecho, Tostao como centro delantero, Gerson como centrocampista por derecha y Pelé, libre como el viento.

Entre los 5 marcaron 17 de los 19 goles de Brasil, el equipo ganó los seis partidos que jugó y en todos anotó al menos un tanto. ¡Fue el sumun del fútbol!

Mientras a Pelé lo proclamaron El Rey, Mario Zagallo se convirtió en el primer campeón del mundo como jugador y entrenador. Veinte años más tarde, en la edición de Italia’90, el alemán Franz Beckenbauer sería el segundo y último hasta hoy en lograrlo.

Ya sin Pelé, Zagallo dirigió a Brasil en Alemania’74, pero el listón había quedado muy alto y la Canarinha ocupó el cuarto lugar del torneo. El sabor amargo y el desencanto propiciaron la salida del entrenador.

En los siguientes veinte años, Zagallo dirigió varios clubes de su país y a las selecciones de Kuwait, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, su amigo y asistente técnico en México’70, Carlos Alberto Parreira, era ahora el seleccionador de Brasil y lo llamó para que fuera su segundo al mando en el Mundial de Estados Unidos’94.

Allí, con una pareja letal en el ataque formada por Romario y Bebeto, un medio campo liderado por Dunga y un portero al fin de primer nivel como Claudio Taffarel, Brasil levantó la Copa del Mundo por cuarta ocasión.

Zagallo asumió de nuevo como seleccionador de Brasil después del Mundial estadounidense, y al de Francia’98 la Canarinha arribó con el rótulo de gran favorita porque contaba entre sus jugadores con la nueva sensación: el delantero Ronaldo Nazário de Lima.

Sin embargo, una misteriosa enfermedad del ariete la víspera de la final mermó la moral de Brasil, que perdió por 3-0 ante la selección gala.

Aquel fue el adiós de Zagallo como seleccionador, pero no como miembro del cuerpo técnico, pues al Mundial de Corea-Japón 2002 Luiz Felipe Scolari lo llevó como imán y para que hiciera labores de motivación.

Hubo un final feliz. La Canarinha alzó la quinta Copa y el ‘penta’ se hizo realidad. Desde entonces, en Brasil se volvió famosa la frase: «Si quieres que algo te salga bien, llama a Zagallo».

 

 

 

 

EFE

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